En el siglo XIX, concretamente el mismo año en que
nacía Charles Darwin (1809), surgió la primera
teoría organizada de la evolución con la publicación de la filosofía
ecológica, obra del Caballero de Lamarck, Jean Baptiste Monet. No obstante,
las ideas transformistas o evolucionistas (que las especies derivan unas de
otras por transformación), ya existían en la Grecia clásica; así, el mismo Aristóteles consideraba que algunos
animales, como ranas o abejas, podían surgir de la materia no viva por
generación espontánea; Heráclito de Efeso afirmaba que toda
existencia está en continuo cambio; Anaximandro decía que el hombre había
nacido de una criatura diferente. La creencia sobre el espontáneo origen de la vida, era para Santo
Tomás de Aquino siglos más tarde, compatible con la filosofía
cristiana. Por otra parte, el fijismo sostenía que los seres vivos no
cambiaban, sino que habían sido creadas así.
La teoría de Lamarck fue vivamente atacada en su tiempo, hasta el
extremo de ser silenciada. Sin embargo, se mantuvo esta corriente de
pensamiento evolucionista, sirviendo de base para lo que terminaría siendo una
verdadera revolución en las ideas biológicas del momento, y que desembocaría en
la teoría de la evolución de las especies de Charles
Darwin. El eminente genetista Theodosius Dobzhansky afirmó a finales del
siglo XX que, con respecto a esta concepción de la naturaleza, nada tiene
sentido en biología si no es considerado bajo el punto de vista de la
evolución. Lamarck formuló dos leyes en su teoría, la
cual aceptaba la generación espontánea como un acontecimiento frecuente. Se
pueden resumir en los siguientes puntos:
· Los organismos poseen un instinto interno que les lleva a su propio
perfeccionamiento.
· Los organismos generan nuevas necesidades cuando se producen cambios en
el ambiente. Esta característica determina que se vean obligados a utilizar
ciertos órganos en mayor o menor medida, o incluso a no utilizarlos, lo que
provoca que estos órganos sufran formación, desarrollo, atrofias o
desaparición; finalmente por efecto de estas variables se producen
cambios o alteraciones en sus constituciones. Estos hechos se pueden resumir en
una frase: la función crea el órgano.
· Las alteraciones o cambios, adquisiciones o pérdidas, son heredables.
Charles
Darwin, por su parte, formuló su teoría completa El origen
de las especies en 1859, y que previamente esbozara, como así lo
hiciera también Alfred Russel Wallace, influidos por la
obra de Malthus Un ensayo sobre los principios de la población,
que publicara en 1798.
La
teoría de Darwin se resume en los siguientes puntos:
·
Nuestro mundo no se mantiene estático, sino que
está en continua evolución. Las especies cambian continuamente, con el tiempo
unas se extinguen y aparecen otras nuevas. Las formas de las especies actuales
son más diferentes cuanto más antiguas sean.
·
Los cambios no se producen súbitamente o a saltos
discontinuos, sino que es un proceso continuo y gradual.
·
Las especies descienden de un antepasado común, por
tanto los organismos semejantes están emparentados. Remontándose en el tiempo
se llegaría a un origen único de la vida.
·
La evolución o cambio evolutivo es resultado de un
proceso de selección natural. En una primera fase se produce variabilidad en
cada generación, mientras que en una segunda fase se produce la selección a
través de la supervivencia (lucha por la propia existencia). La segunda fase de
selección constatada por Darwin, está basada en las observaciones que mantuvo sobre la reproducción de
distintas especies, las cuales siendo abundantes se mantenían no obstante en
equilibrio a través de las generaciones; este hecho implica que muchos
individuos mueren tempranamente. La razón de la muerte a edad temprana tiene su
respuesta en que, las diferencias existentes entre los descendientes de una
misma especie, los cuales se han adaptado diversamente al hábitat donde han
nacido, luchan entre sí por la propia existencia; los más aptos sobrevivirán, y
por tanto transmitirán posteriormente a sus hijos esas características de
fortaleza; el proceso se repetirá en cada generación.
En resumen,
la evolución es un proceso de selección natural en la cual, en una primera
etapa se produce la mutación, recombinación y acontecimientos al azar
(producción de la variabilidad genética), para en una segunda etapa quedar
regulada esa variabilidad mediante la selección natural.
En 1937 comenzó a imperar
el neodarwinismo (teoría sintética),
fruto de los nuevos conocimientos genéticos surgidos de los estudios de Mendel o Morgan entre otros, siendo generalmente
aceptada en la actualidad la moderna teoría de la evolución elaborada en ese
momento por Theodosius
Dobzhansky en la obra Genética y el origen de las especies, que fuera completada
posteriormente con trabajos en diferentes disciplinas: Ernst Mayr en zoología, Stebbins en botánica y Simpson
en paleontología.
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